documentos de pensamiento radical

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viernes, 29 de septiembre de 2017

LA ANARQUÍA



Procuraríamos no matar a nadie. Infligir la muerte es horrible siempre. Deseábamos ver a nuestros enemigos trabajar en la campiña como nosotros. Queríamos que civiles, carabineros y curas vistieran ropa de hombres. Esperábamos convencerles de la grandeza de un ideal sublime: La Anarquía.
Germinal García Pérez


El duro al mes que ganaba Manuela Lago
trabajando con siete años de sol a sol
a cambio de unas sopas de ajo con pan
y un potaje de garbanzos y tocino por la noche.

La conquista del pan,
leída en voz alta y patosamente por José Núñez,
volviendo al pueblo,
después del duro trabajo en el campo,
montado en su burrito,
con un pie en cada alforja
y las riendas abandonadas.

El día que aprendió a leer José Monroy
como la cosa más hermosa del mundo,
gracias a otro jornalero que tenía ideas
y daba clases en el ateneo por la noche.

El periódico Solidaridad Proletaria
que compraba María Toro
para que alguien se lo leyera,
porque ella, aunque era analfabeta, se aprendía
los artículos de memoria con escucharlos una vez.

Las conferencias mensuales de Miguel Olmo
sobre los peligros del alcohol, el juego y el burdel
que entorpecen los sentidos y degradan la moral,
instando a los obreros a cambiar el bar
por la lectura y el estudio de libros y periódicos.

La unión en amor libre de María Silva con su compañero
para tener los mismos derechos que los hombres,
bajo el sagrado precepto del respeto mutuo
y la pasión profunda.

La Idea deslumbrando un claro día de mayo a Juan Estudillo,
que se hizo vegetariano, naturista y nudista,
y comenzó a escribir artículos para los obreros
bajo el pseudónimo de El Duende de la Pena.

La bandera roja y negra izada por Juan Moreno
en el ayuntamiento del pueblo
porque pensaban que la reacción había sido derrotada
y el futuro ya se había ganado en toda España.

Todo esto tenía muchos nombres, muchos nombres
que aún no se han apagado.



Antonio Orihuela. Pelar Cebolla. Ed. Amargord, 2017

jueves, 28 de septiembre de 2017

¿QUÉ DISTANCIA HAY...




¿Qué distancia hay
entre el escaparate de la peletería
y la foca muerta a palos?

¿Qué distancia hay
desde el bote de crema facial reafirmante
al conejo ciego en el laboratorio?

¿Qué distancia hay
entre la sangre de la yegua preñada
y los experimentos de fecundidad
en las granjas porcinas?

¿Qué distancia hay
entre la mastitis bovina
y tu vaso de leche?

¿Qué distancia hay
entre el que acude a un reñidero de gallos
y un torturador?

¿Qué distancia hay
entre los vagones sellados
camino del campo de exterminio
y los vagones sellados camino
de los mataderos industriales?

¿Qué distancia hay
entre un cazador y un maltratador?

¿Qué distancia hay
entre una hamburguesa McDonald’s
y lo que queda de la selva del Amazonas?

¿Qué distancia hay
entre el caballo de carreras
y el niño del campo de refugiados?

Dulce es el nombre
de todo lo vivo sobre la Tierra,
y solo nosotros
podemos dejar de ser indiferentes, insensibles, crueles,

solo nosotros
podemos reverenciar

la vida.


Antonio Orihuela. Pelar cebolla. Ed. Amargord, 2017



miércoles, 27 de septiembre de 2017

DEMOCRACIA






Si las urnas son sus sucursales,
qué manía con votar cada cuatro años,
si ya votamos a los bancos todos los días.


Antonio Orihuela. Pelar cebolla. Ed. Amargord, 2017

martes, 26 de septiembre de 2017

BALANCE CONTABLE


 

                                                                                                 para Santiago Alba Rico
Cuanto más corta la lista Forbes
más larga la cola del INEM




Antonio Orihuela. Pelar cebolla. Ed. Amargord, 2017

lunes, 25 de septiembre de 2017

ESTAMPAS DEL REICH DE LOS MIL AÑOS (I)



Los conozco, están sentados en la terraza del bar.

Uno lleva parado ni se sabe.
El otro sigue viviendo con sus padres.

-Como entren estos de PODEMOS la que se va a liar.
-Se rompe España.
-Nos convertimos en Venezuela.
-Ahuyentan a los inversores.
-El IBEX-35 en picao.
-Quieren destruir el sistema.
-Lo poco que tenemos nos lo van a quitar.

Dos personas, en la mesa lado, los conozco.

¿Antonio, me dejas el móvil que me he quedado sin saldo,
tienes un cigarrito

para fumármelo a medias con mi colega?



Antonio Orihuela. Esperar sentado. Ed. Amargord, 2017

domingo, 24 de septiembre de 2017

ESTAMPAS DEL REICH DE LOS MIL AÑOS (II)




Los inmigrantes nos invaden,
la cultura europea está amenazada,

comenta, a las cámaras de Telemadrid,
un joven disfrazado de zombi
celebrando Halloweend
en la terraza de un McDonald’s
mientras espera
poder entrar en el cine
a ver la última superproducción


de Hollywood.



Antonio Orihuela. Pelar cebolla. Ed. Amargord, 2017

sábado, 23 de septiembre de 2017

5 poemas de "Redención", de David Castelo Horrach




Escucho
a Nick Drake
cantar a la luna rosada.
Bebo lentamente el vino.
¿Acaso
hay más vértigo
azul que la soledad?

*** 

Acecha
la lechuza al
roedor, cae la luz
en la tierra cultivada.
Me voy
acercando
a ti, lentamente
me voy
desvencijando
en ti.

***

 
Escucho
la tristeza
de Wayne Shorter
en un vaso de whisky.

***

Es el
final de
una época.

Estamos
aquí sentados
regocijándonos
cálidos
en nuestro
propio dolor.

En Gaza
dos niños
miran al cielo:

¿habrá
está noche
lluvia de estrellas
o será el final
de la historia?

***

Insurrección:
se suicidan
los pájaros
contra los neumáticos,
la prima
de riesgo
sube al 610.

Gaza
se ilumina
de infancias
robadas.
36.000
civiles muertos
en Siria.

Harold Hamm
acuerda el divorcio
más caro,
la cola
del McAuto
está llena

me expulsan
del aula por leer
a Rimbaud
recortes
en educación
y sanidad,
y tú
me hablas
de tu nuevo Android

soy
un aeropuerto
vacío.

En el parque
ya viven
13 sin techos

muere (de tuberculosis)
un inmigrante
sin papeles

-por negársele la asistencia sanitaria-

¿Lucha de clases?

(David Castelo Horrach, Redención, Ruleta Rusa Ediciones, 2015)

viernes, 22 de septiembre de 2017

ULTRADERECHA ROSA





Mercedes Milá,
María Teresa Campos,
Jesús Vázquez,
Jorge Javier Vázquez,
Mariló Montero,
Pablo Motos,
Anne Igartiburu,
Arturo Valls,
Carlos Sobera,
Matías Prats,
Susana Griso
o Ana Rosa Quintana,
nos pintan todos los días
el escenario sobre el que se desarrolla
la tragicomedia del modelo social
del gusto de las multinacionales
y la derecha española,

a cuatro mil euros la hora
producen realidad,
producen verdad,
agreden y seducen,

dicen que le dan a la gente
lo que lo que la gente quiere,
pero la gente no tiene ni el poder,
ni los recursos, ni los resortes,
ni los medios para poder construir
otros relatos, otros imaginarios,
otras alternativas, porque cuando las ha habido
han sido rápidamente destruidas.

Quienes les pagan,
también se encargan de eso.


Ellos son los comisarios políticos
del capitalismo,

nosotros, las víctimas.



Antonio Orihuela. Pelar Cebolla. Ed. Amargord, 2017

jueves, 21 de septiembre de 2017

REFLEXIONES Y AMBICIONES




En este mundo hay mucha droga, te la ofrecen por todos lados
y sé que voy a casa de personas que tienen gramos
hasta debajo del cenicero y que me van a ofrecer.

Belén Esteban

para Pedro L. Verdejo

El gesto dadaísta por excelencia
no es balbucear un poema
dentro de un cilindro de cartón.

El gesto surrealista por excelencia
no es salir a la calle con un arma
y disparar a la multitud mientras se pueda.

Esas cosas, por desgracia, hoy las hace cualquiera.

El gesto surrealista, dadaísta por excelencia
es publicar un libro que no has escrito
y vender más ejemplares
que el premio Nobel favorito de la derecha española.

La princesa del pueblo
ha vendido más de cien mil ejemplares de un libro
donde cuenta sus problemas con el botox, hacienda,
las pastillas, la diabetes, la ortopedia,
la independencia de Cataluña,
la cocaína que entra en Gran Hermano VIP,
el terremoto de Lorca
y los dos millones y medio de share
cada vez que sale en Sálvame.

La idolatrada reina de la sociedad de la información,
de la vida esparcida, del perfil de postoperatorio,
la de los ojos con tanta noche y las bolsas de la cara
hinchadas en los mejores after hours de Madrid,

la idolatrada soberana de los juzgados,
la dama del continente del ruido blanco,

la musa de la sociedad del fin de la poesía,
ideóloga del vacío de la ideología,
la deseada, la querida, la dolarizada.

Ella, que no sabe ni lo que hay puesto en el libro,
porque ante todo quiere ser sincera con su público.

Ella que no sabe donde está Asturias
y anda preocupada por encontrar un buen paraíso
para sus ingresos.

Ella, reina del tubo feliz
en la galaxia de las tardes,
propagada como una recomendación de la OCDE.

Ella, en todos los conductos, en todos los cables,
en todas las manos de los zombis monomandos,
en todos los canales superpuestos de todos los tubos,
de todas los cañerías, de todas las escusas
hasta el mar del morir de los anuncios.

Droga ella misma para millones que están en contra de las drogas
o que no tienen para mejores drogas que verla a ella en su tubo,
alumbrada en la luz de la larga noche del capitalismo,
en la niebla del misericordioso y mullido salón familiar,
haciéndose en la luz, viendo padecer su corazón por un tubo,
su corazón un tubo de banda ancha centrifugando en el tubo
en misión de amor superhumanitaria.

Belén, yo sé que tú has venido a salvarnos del fin de las vanguardias.

Un día te escucharé, estoy seguro,
gritar subida al sillón del plató de Sálvame:

-¡Niñas, vamos a quemar los telares digitales!,

tu estrella entonces
alumbrando los sueños de los desposeídos.


Antonio Orihuela. Pelar Cebolla. Ed. Amargord, 2017

miércoles, 20 de septiembre de 2017

PARA LA LIBERTAD: MEMORIAS DE UN PADRE ASESINADO



MEMORIAS DE ANTONIO MARTINEZ I FERRER

La editorial Amargord de Madrid ha publicado recientemente las memorias de Antonio Martínez i Ferrer (Alzira, 1939), uno de los poetas (como dice la solapa del libro) más respetados de la poesía de la Consciencia Crítica actual. Libro que se ha presentado el pasado mes de julio en la localidad onubense de Moguer, en la Casa Natal de Juan Ramón Jiménez, dentro de los Encuentros Poéticos Voces del Extremo. En estos Encuentros Antonio Martínez Ferrer recibió un afectuoso homenaje de los asistentes al acto. Antonio Martínez antes de jubilarse trabajó en el sector de la Artes Gráficas y ocupó una gran parte de su vida a luchar contra el franquismo y, posteriormente, fue crítico con los partidos y sindicatos que firmaron el consenso de la Reforma Política que dejaron atrás los sueños de una ruptura. Una traición consumada materializada en la monarquía parlamentaria pero alejada del espíritu revolucionario de tantas personas que lucharon por ideales de emancipación humana o incluso tan sólo por una República federal avanzada en lo social. Por su participación en la lucha obrera fue perseguido y despedido de su trabajo. Militó en organizaciones obreras de clase y fue miembro del PCE (ml) y del FRAP. La represión que sufrió de la dictadura franquista le llevó al exilio en Francia ,le siguieron los años difíciles de la persecución policiaca, las detenciones de compañeros, los fusilamientos de camaradas, la muerte del dictador. Su lucha continúo en los tiempos de la transición y siempre fue un defensor de las injusticias. Los sueños utópicos siempre estuvieron presentes en el ideal de Antonio. Ya de mayor se hizo poeta, vocación que había sentido desde joven. Sus primeros libros de poemas aparecen cuando ya ha cumplido los sesenta años, pero, desde entonces ha publicado diversos libros y ha participado en numerosas antologías poéticas. Es autor, entre otros, de El rumor del patio (2003), El grito del oasis (2007), Efectos secundarios (2008), Corre, corre, niño de arena (2009), Senderos (2010) y Huellas (2011). Algunos de sus poemas han sido traducidos al portugués y a la lengua catalana de Valencia. La fuente inspiradora de Antonio Martínez no se detiene y en su Barraca guarda otros poemarios esperando ver la luz. Su voz poética ha estado presente en los diversos   Encuentros de Voces del Extremo y en otros festivales poéticos.
Estas memorias de Antonio Martínez i Ferrer que, con el título de Para la libertad. Memorias de un padre asesinado, acaba de publicar Amargord, podríamos afirmar que son tres libros en un solo volumen, aunque, eso sí, mantienen una unidad de conjunto que la convierten en una pieza de emocionante documento testimonial de dos épocas diferentes: la represión franquista que siguió a la derrota republicana y los años duros de la postguerra donde Antonio creció y se hizo hombre, alcanzando un grado de conciencia obrera que le llevó a militar en organizaciones antifranquistas. Se incluye junto al libro un sobre con la reproducción facsímil de cuatro tarjeras postales de su padre dirigidas a su madre, Purificación Ferrer Pérez, a su domicilio de Alzira (Valencia). Desde la primera con el clásico “Saludo a Franco” con fecha “12-12 año de la Victoria”, en la que escribe: “Inolvidable y querida Esposa. Mucha será mi alegría si al recibo de esta te encuentras bien en compañía de nuestro simpático hijito y demás familia. Yo quedo sin novedad.
Purita supongo que ya sabrás dónde me encuentro, Yo como antes te digo estoy bien, lo
único que aquí necesitamos es un poquito de dinero y tabaco, pues aquí podemos comprar comida y frutas. La ropa la tienes que mandar todos los Martes y la visita es cada 21 días o sea que a nosotros nos toca el día 26 de este mes, cuando vengas tienes que traer el certificado de vacunación para poder hacer la visita.
Purita encárgate de comunicar esto a Rosa y a María y al resto de la familia. Le dirás a los padres que yo estoy bien y comunícaselo también a Pepe. Si puedes mandar dinero lo harás por giro Telegráfico y pronto. López está conmigo entrevístate con Emilieta y con el señor España y dale recuerdos de mi parte. Y sin más le darás besos a los sobrinos y todos los cuñados y cuñadas y tíos y demás familia y amigos. Abrazos para los padres y hermanos y vosotros mi esposa y mi querido hijo recibir el cariño y besos de este que os quiere y no os olvida. Antonio Martínez.
Las señas van en el remitente. Escríbeme pronto. Adiós.”
Antonio Martínez García fue unos de los miles y miles de republicanos derrotados por el fascismo criminal que se adueñó de España por cuarenta años. Había formado parte de las Juventudes Socialistas Unificadas e hizo la guerra en la 54 Brigada Mixta 215 Batallón del Ejército Popular de la República Española. Una herida de guerra llevó al joven soldado al Hospital de Evacuación del Ejército de Levante, en Alzira, y allí conoció a la enfermera voluntaria Purificación Ferrer, entre los cuales nació el amor, casándose muy pronto por lo civil. Fruto de ese amor fue el nacimiento en julio de 1939 del autor de este libro, Antonio Martínez i Ferrer. El libro cuenta con el prólogo del poeta y escritor Matías Escalera y con una aclaración al lector del propio autor. Del primero recupero este párrafo: “Cuando en la Barraca, frente a la Serra de les Agulles, la Sierra de las Agujas, entre los naranjales, antes y después de las paellas que compartiríamos cada vez que lo visitaba, iba desgranando algunas de las anécdotas y aspectos más sobresalientes y llamativos de este intenso periplo vital, veía y anticipaba en mí ya toda la potencia contenida finalmente en este libro, y sabía que todas aquellas experiencias, toda la innata sabiduría que las atravesaba en su relato, debían ser compartidas con muchos más.” Del segundo escojo el párrafo siguiente: “Estimado lector, este libro son, en realidad, dos historias que se desarrollan al unísono página a página, en ellas encontramos, por una parte, las tarjetas que mi padre le escribió a mi madre desde la Prisión Celular de Valencia desde el día 12 de diciembre de 1939 al día 31 de octubre de 1940; y, por otra, está mi vida, desde el día que nací el 23 de julio de 1939, hasta finales del 2014.” Pero a mi parecer creo que este volumen recoge tres libros en uno que se complementan: las tarjetas del padre, los versos que acompañan cada letra y las memorias de Antonio. Matías Escalera nos lo recuerda: “Pero hay algo más que sorprenderá al lector de este extraordinario libro de memorias, uno más de los aspectos que lo diferencian de otros, su discurrir poético. Antonio Martínez i Ferrer contrapuntea cada una de las tarjetas de su padre con versos de tal altura lírica y emoción tan depurada, que ellos solos, en sí mismos, justificarían el libro entero.”  Uno de esos poemas de Antonio Martínez i Ferrer, dice:

                        Dejar que fluya la ilusión
                        vestirse de amaneces para regresar
                        y con la palabra del niño
                        abrazar al hijo entre las líneas
                        verse en el principio
                        jugueteando con el tiempo
                        para poder encontrarse
                        entre un poema de brotes de primavera
                        y ser por un momento el otro yo lejano.       

El autor escribe sus recuerdos en un diálogo con el padre asesinado en la prisión de Valencia, con un padre que apenas conoció y con el cual estuvo en sus brazos dos o tres veces. A pesar de ello el peso de la memoria es muy fuerte y el lazo familiar con su padre es realmente apasionante. Antonio Martínez en estas memorias recrea su vida más íntima desde que es un niño hasta su edad adulta en una constante confesión a su padre fusilado que hace estremecer a los lectores de este. magnífico testimonio de 75 años de vida; por otro lado, entronca con la vida cotidiana, social y política de nuestro país y casi me atrevería a decir de nuestra época con un dinamismo narrativo excelente. Antonio Martínez i Ferrer escribe directamente a su padre todos los avatares de su vida como si le contestará con años de retraso las 163 tarjetas que su madre recibió. Una a una recompone con las letras de las tarjetas sus pasos a través del tiempo: estudios, trabajos, amores, luchas, ilusiones, decepciones, etc. Le habla de su madre, de sus familiares, de sus vecinos, de la boda de su madre con un hombre bueno que será como un padre para él y de sus hermanos. Le presenta a su prometida Antoñita con quien se casará y luego a cada uno de sus hijos y más adelante le hablará de sus nietos (bisnietos de su padre), del trabajo, de Alzira, de los cambios políticos, de la corrupción de nuestros días, de su afición a la poesía y de todas las peripecias que ha pasado al largo de su vida.
La última tarjeta del padre llega el 31 de octubre de 1940, a pesar de todo a lo largo de las 163 letras escritas no se ve pesadumbre si no una cierta esperanza del preso a salir algún día en libertad. Se dirige a su adorada esposa, a su querido hijo y recuerda a sus padres y hermanos y a sus amigos lo mucho que los aprecia. En ésta última tarjeta de su padre, entre otras cosas, escribe: “Cuanto me alegra y satisface saber que nuestro hijito, ya es casi un hombre, y que es tan bueno con su dulce Mamá, esto es lo que yo deseo y quiero de él; Dile a los padres y hermanita que me acuerdo mucho de ellos en todo momento, y diles también que el Pepe sigue bien y con muchos ánimos y a mí no me faltan tampoco en ningún momento de esta triste separación. Muchos besos y abrazos para ellos y caricias sin fin para nuestro mayor y más grande tesoro y cuida mucho de él. Besos para todas las hermanas y hermanos Marcial y Pedro y tú que lo eres para mí recibes la seguridad de que tu esposito te quiere, y está muy satisfecho de ti, te quiero y te querré hasta la eternidad tuyo y de nadie más, tu Negre.” Al alba del día siguiente Antonio Martínez García era fusilado en la cárcel de Valencia. Su hijo Antonio Martínez i Ferrer, al llegar al final del diálogo con las tarjetas de su padre, escribe este emotivo poema:

                        Esta pluma de amor
                        ya no caminará en las tarjetas
                        la mano se ha roto
                        entre olivares
                        frente al pelotón de la ignominia
                        esta voz es un silencio
                        que sobrevuela el lugar
                        de las palabras y las miradas
                        el asesino ha escupido el plomo
                        rompiendo las arterias del hombre
                        pero supiste sembrar en buena tierra
                        y yo tu fruto escribe estas palabras
                        en tu memoria y honor al padre y hombre bueno.

Antonio Martínez i Ferrer no solamente ha recuperado la memoria de su padre, sino que ha convertido su monólogo en un diálogo abierto a todos los lectores que, a través de las 650 páginas del libro son testimonios de la talla humana de una persona ejemplar que ha dedicado su vida a su familia, al trabajo, pero también a los demás, sobre todo a los de su clase, los de abajo, los que tienen sus raíces y su identidad en el mundo obrero y campesino. Estas memorias son testimonio de su tiempo y no le faltan ni la energía revolucionaria ni el sentimiento poético. Y a pesar de la situación del mundo y de la clase social a la que pertenece, aunque ahora está jubilado ve como brotan nuevas ilusiones como fue el 15-M o los Encuentros Poéticos de Voces del Extremo. Todavía ahora que ya tiene setenta y muchos años continúa manteniendo la fe en el ser humano.
La comunicación con el padre, que le fue arrebatado por las balas asesinas, es el leif motiv de la historia de este libro y a él se dirige para explicarle con todo detalle que ha sido de su vida y cómo ha evolucionado el mundo. Y ante el futuro oscuro de nuestros días, Antonio Martínez i Ferrer, no se resigna y aspira a un mundo mejor: “Sin embargo, no me resisto a este destino, aunque me sangren las palabras y los pies por las múltiples derrotas sufridas y el camino recorrido, no me resisto a abandonar el calor de las barricadas de la razón, ni las razones que abogan no solo por la supervivencia de nuestra especie, sino por un futuro de igualdad y justicia para todos.
Y, por eso, sigo reivindicando la necesidad de romper con este sistema que se ha corrompido y ejerce su poder mediante la explotación y la depredación de los bienes naturales y de la fuerza y de la vida de los trabajadores, de esos hombres y esas mujeres que son los únicos que crean y hacen posible el bienestar común; mientras sus amos, dueños del capital, han hecho de la acumulación del dinero el dios todopoderoso que todo lo corrompe y que niega el carácter humano de nuestra especie, convirtiéndonos
a todos en instrumentos de su degenerada e insaciable avaricia, en un enloquecido mercadeo que niega y nos arrebata el futuro Por eso, querido padre, aún no he desesperado y aún mantengo en pie las ideas por las que tú fuiste asesinado y por los que yo mismo di y arriesgué tanto.”
Bien, tan sólo me queda decir: Chapeau! Y recomendar este libro como un legado humano, testimonial y vital de una persona que ha vivido una época que nos ha marcado a todos y que vale la pena no olvidar. Como tampoco hemos de olvidar aquellas personas que lucharon (y luchan) para hacer diferentes las relaciones de los seres humanos en un mundo de libertad, solidaridad y  justicia. Y acabo con los versos de Miguel Hernández que dan título a este libro: “Para la libertad / sangro, lucho, pervivo…” Gracias Antonio por tu ejemplo y por estas magníficas memorias.

Ferran Aisa-Pàmpols
(Barcelona, 18 de septiembre de 2017